“ME QUEDA POCO COMBUSTIBLE.”. pot Manolo Velasco
Foto de Quico en el muro (facebook) de Manolo Velasco 25/09/2025
Hace un par de días llamé por teléfono a mi buen amigo Francisco Martínez, “Quico”, para conversar un rato con él. Al preguntarle como estaba, dijo: “Me queda poco combustible”. Le dolían las piernas y lo encontré un tanto desanimado. El tiempo no pasa en balde. Y es que dentro de un mes cumplirá los 100 años.
Sin dudarlo, esta mañana temprano cogí el coche y me puse en camino hacia la localidad de El Campello en Alicante para visitarlo. Nos dimos un gran abrazo y parece que le sentó como la mejor medicina que podía recibir. Se puso muy contento y enseguida nos sentamos frente a frente para hablar durante varias horas de todo, de temas personales y generales, pero especialmente de la actualidad social y política, porque hablar con Quico sigue siendo un gran privilegio. Es de las pocas personas que conozco con una autenticidad inquebrantable. Su vida es una intensa historia de lucha por las causas justas. Es un hombre con experiencias extraordinarias y una prodigiosa memoria, que ha ido volcando en libros , conferencias y actividades a lo largo de su vida. Su trayectoria es todo un ejemplo de compromiso con la libertad y con los derechos humanos. Lo conozco desde hace 25 años y lo he ido situando en ese reducido grupo, en el que se ubica a la gente especial.
Corría el mes de mayo del año 2000 cuando lo vi por primera vez , en unas jornadas celebradas en Madrid sobre la Resistencia Antifranquista. Al oir sus testimonios me quedé impresionado. Después me acerqué a conocerlo personalmente. No podía creer que aquel hombre tuviese entonces 76 años llenos de historia viva en sus espaldas. Aparentaba muchos menos. Meses después nos volvimos a ver en el sur de Francia, para homenajear en la localidad de Argelés Sur la Mer a los cien mil refugiad@s republicanos españoles que fueron internados allí en un campo de concentración, entre ellos mi tío Francisco Haro. Vive y se apaña todavía solo. Sus hijas residen en Francia y lo van visitando temporalmente cuando pueden.
Hasta hace muy poco se levantaba cada día a las seis de la mañana y andaba como un chaval varios kilómetros.Después acababa en la playa con un baño que no perdonaba ni en invierno ni en verano. Come muy sano a base de verduras, ensaladas, poca sal, mucha fruta y todo natural.
Cuando lo visito siempre le llevo una cantara de aceite de Los Corrales, que agradece con un abrazo y una sonrisa. Lee varias horas al día y su casa parece una biblioteca pública donde se acumulan estanterías con cientos de libros. Maneja con mucha soltura el teléfono móvil y las redes sociales. Escribe con una atractiva caligrafía. Entiende de todo y habla con soltura lo justo y preciso, pero en las conversaciones no se le resisten, ni los mayores, ni los jóvenes, a los que mantiene atentos a sus consejos.
Detrás de su sonrisa socarrona se esconde la figura de un personaje mítico e histórico del siglo XX. Es ya el último guerrillero antifranquista que queda con vida.
Nació en 1925 en la zona del Bierzo en León. Hijo de una familia pobre y campesina. Desde muy pequeño empezó a trabajar en las minas, asistiendo por las tardes a la escuela, en la que recibió las enseñanzas pedagógícas de la Segunda República.
El golpe de Estado franquista le cogió con once años, pero muy pronto comenzó a actuar de enlace con la primera guerrilla que surgió en aquella zona, llevando y trayendo información. Eran los también llamados ” del monte”, o “los de la sierra “, aunque ellos se consideraron siempre” guerrilleros antifranquistas”, una denominación que la guardia civil y la dictadura catalogó en los expedientes de busca y captura como “bandoleros”.
Al ser todavía muy joven pasaba desapercibido y así se mantuvo hasta 1947, pero fue descubierto y huyó para unirse a la segunda agrupación guerrillera Galaico Leonesa, en la partida dirigida por Manuel Girón.
Resistió hasta 1951, cuando el movimiento guerrillero se encontraba ya en plena decadencia y desaparición. Fue evacuado a Francia, donde permaneció exiliado hasta 1994. Allí se casó y tuvo tres hijas.
Entre 1983 y 1991 fue miembro del Comité Central del Partido Comunista. Tras su regreso a España en 1994 comenzó una intensa actividad dedicada a recatar del olvido la Memoria del movimiento guerrillero. Es una persona muy respetada e invitada en las Universidades para dar conferencias en Congresos , centros de Enseñanza y todo tipo de foros sociales. En varias ocasiones también vino por estos pueblos de la Sierra Sur, donde no lo olvidan.
Es un orgullo tenerlo entre mis mejores amigos, con quien no tengo secretos personales. Agradezco que se haya cruzado en mi vida.