Muere Roser Rosés, una de las “niñas de Rusia” exiliadas durante la Guerra Civil

Era la autora del libro de memorias ‘Trenes tallades’, en el que explicó su experiencia en la URSS durante la infancia

Roser Rosés
Barcelona“Tenía pánico de los bombardeos. Había días que dormíamos en el metro, porque bombardeaban cada tres horas”. Así recordaba Roser Rosés (Barcelona, ​​1926-2025) su infancia, marcada por la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial en Barcelona. Rosés, que falleció el pasado viernes a los 99 años, fue una de las “niñas de Rusia”: cuando tenía 12 años, los padres la enviaron a la URSS para salvarla de los estragos de la guerra. Alejada de sus padres, allí vivió la Segunda Guerra Mundial y huyó de las tropas nazis.

Rosés no logró regresar a Barcelona hasta 1947. Tras pasar por un largo periplo y viajar por México y Estados Unidos, pudo reunirse de nuevo con sus padres, en plena dictadura franquista. Tuvo que hacerlo con documentos falsificados y, para evitar represalias de la dictadura, más tarde los padres eliminaron todos los rastros documentales del paso de su hija por la URSS. “Fue muy agradable poder volver a hablar en catalán, que no le había vuelto a hablar más”, recordaba Rosés en una entrevista en el ARA. “Mis padres nunca fueron conscientes de los traumas que sufrí a causa de la guerra. El silencio era impuesto por la dictadura. Nos protegía y nos hacía cómplices de la situación”, lamentaba.

Tuvieron que pasar muchas décadas hasta que Rosés pudo contar públicamente todo lo que había vivido. Fue a través del libro Trenzas cortadas. Recuerdos de una niña de Rusia (Caligrafo, 2016), un volumen de memorias en el que recogió sus vivencias explicadas en primera persona y del que se han realizado cinco ediciones. Tras la publicación del libro, Rosés se dedicó a dar charlas y conferencias, especialmente en escuelas e institutos, para difundir su relato y recuperar la memoria histórica.

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