País Vasco. «Por el franquismo, la Red Comète es un capítulo de la historia que ha quedado en la oscuridad»

Joxean Goikoetxea, familiar del mugalari por excelencia, Florentino Goikoetxea, contribuye a la visibilización de este capítulo de la historia vasca, la Red Comète

noticiasdegipuzkoa.com | Alicia Zulueta | Rubén Plaza | Donostia | 17-3-2015

Comète fue una red clandestina de evasión que se dedicó a recoger a los aviadores aliados, que eran derribados en la Europa ocupada por los nazis, y los evacuaban hacia Gibraltar. Para ello, era necesario cruzar la muga a través del Bidasoa o los Pirineos. Se estima que entre 1941 y 1944 Comète logró repatriar a 800 fugitivos, en su mayoría aviadores aliados. La red contó con unas 3.000 personas anónimas, de las cuales cerca de 700 fueron detenidas y unas 290 fusiladas o muertas en deportación. Joxean Goikoetxea es el sobrino nieto de Florentino Goikoetxea, el mugalari por excelencia, y como muchos familiares de protagonistas de la red, tras décadas de silencio creen que es el momento de dar a conocer su historia.

Florentino jugó un papel fundamental en la Red Comète, para ayudar a los pilotos a cruzar el bosque.

-Antes de eso ya era una persona curiosa, un poco salvaje, del caserío de donde somos nosotros, Altzueta de Hernani. Andaba solo por el monte y cuando empezó en labores de contrabando dominaba el monte. Por eso fue la principal persona que se encargaba del último paso. Los pilotos venían desde Bélgica y cruzaban toda la Francia ocupada en una verdadera odisea. Llegaban hasta Baiona, luego a San Juan de Luz, y el último paso era cruzar a través del monte desde Hendaia a Xoldokogaina, cruzaban el río Bidasoa, subían al monte Erlaitz, bajaban a Oiartzun, luego a Errenteria y llegaban a Donostia. Florentino era el guía para pasar por el monte y el río, que no era sencillo.

¿A cuántos aviadores pudo ayudar al final de la Segunda Guerra Mundial?

-Florentino tiene contabilizados 250 pilotos aviadores en un transcurso de dos años, entre el 42 al 44. Eran tíos de 20 a 23 años que habían sido instruidos justo para pilotar aviones, no eran soldados. Sufrían para pasar por el monte y llegaban con angustia por haber estado más de un mes escapando. De Donostia iban a Bilbao, a la embajada inglesa. Desde allí bajaban en coche a Gibraltar y luego en avión a Londres, porque su cualificación era muy preciada. Alguno volvió a caer otra vez y lo tuvo que pasar dos veces. Cuando cogían a un integrante de la red, era como un dominó, caían muchos. Llegaron a morir 800 personas, la mayoría civiles, gente que acogía en sus casas a los pilotos. Hasta que se organizaban los pasos igual un piloto tenía que pasar un mes escondido en una casa.

Afortunadamente, Florentino no tuvo que sufrir en ningún campo de concentración, como otros integrantes de la red.

-No, pero cayó en manos de los alemanes en una redada. Fue de película, lo ametrallaron en el bosque y quedó un poco impedido para toda su vida por la herida de la metralla. Lo llevaron al hospital, y no directamente a Alemania. Entonces hubo una operación para liberarlo. Los de la Red Comète se disfrazaron de alemanes, llegaron al hospital y lo secuestraron.

¿Cómo vivió la familia la participación de Florentino en la Red Comète?

-Cuando le dieron la Legión de Honor de Francia, en el 77, yo tendría 9 años. Entonces empezabas a ver que ahí había un mundo y una historia. En este momento, los familiares de la red estaban muy implicados, pero no siempre ha sido así. Florentino Goikoetxea murió en el año 80. La gente de la Red Comète hizo esto sin ser consciente de lo que estaban haciendo, jugándose la vida. Ellos mismos eran personas que una vez acabada la guerra no tuvieron la sensación de haber hecho actos heroicos. En nuestra familia sabíamos que había un tío abuelo que era diferente al resto, pero no teníamos ese sentimiento. Era un personaje célebre, pero no desde esta visión heroica que la historia les está poniendo. Los reconocimientos han llegado mucho más tarde. A Florentino le concedieron la Legión de Honor Francesa, el Diploma de Eisenhower, la Cámara del Parlamento Británico, la del Parlamento Canadiense.

Fue una historia que tardó en salir a la luz.

-Por el tema del franquismo son capítulos de la historia que han quedado en la oscuridad y que los propios protagonistas lo silenciaron, por razones muy obvias. Al contrario que en Francia o Bélgica, donde ha habido una tradición de conmemorar el final de la guerra y de premiar a los héroes, en España no había eso. Las familias ocultaron que habían ocurrido estas cosas y no han tenido repercusión hasta 2004 en nuestro caso, cuando en Hernani se hizo un acto institucional de reconocimiento.

Pero desde entonces han formado una comunidad y han conocido a otros protagonistas.

-Sí, y nos da mucha pena que ya van muriendo porque son mayores. Por suerte podemos ver la voluntad que tuvieron en aquella época. Por ejemplo, Nadine tenía 14 años cuando la cogieron los alemanes y fue como una adulta más al campo de concentración. Entonces ves la fortaleza que tuvieron y que están marcados por todo eso. Los pilotos tienen 90 años y siguen viniendo para hacer la ruta de la red. Mencionan que no han quedado marcados por el odio, sino que vienen para dar gracias por estar vivos gracias a la ayuda de estas personas. Y también vienen para mostrar este capítulo sin ningún afán de rencor, ni de revancha, ni venganza, sino para que esto no vuelva a ocurrir nunca más.

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