País Vasco. Un gudari relata los desmanes de la posguerra a petición de Servini

A punto de cumplir 100 años, Luis Ortiz Alfau afirma que la dictadura fue “tremendamente dura”

DEIA.COM | EFE | BILBAO | 27-9-2016

El gudari Luis Ortiz Alfau, que está a pocos días de cumplir 100 años de edad y que luchó en el ejército republicano, relató ayer a una jueza de Bilbao las “tremendas barbaridades que cometieron los franquistas en el norte” tras la Guerra Civil. Nacido el 13 de octubre de 1916, Ortiz Alfau había sido citado en un juzgado de la capital vizcaina para prestar declaración, en respuesta al exhorto de la jueza argentina María Servini. La magistrada investiga desde hace unos años la causa sobre las víctimas del franquismo durante la Guerra Civil y la dictadura, y en ese contexto el pasado día 16 tomó declaración -remitiendo las preguntas en un exhorto- al sobrino del sacerdote José Sagarna, fusilado en Markina durante el franquismo.

“Me ha preguntado por lo que pasó en 1937 en Badajoz, en Almería y en Granada, pero le he dicho que estaba en el País Vasco y no allí”, explicó el miliciano centenario a preguntas de los medios tras declarar ante la jueza durante veinte minutos. “Pero además -prosiguió-, lo que ocurrió durante la Guerra Civil fue lo mismo que pasa en todas las guerras, con desmanes por los dos bandos”. “Mi objetivo es que se sepa lo que sucedió después de la guerra, que se conozcan los desmanes que ocurrieron durante cuarenta años de franquismo y que no vuelvan a ocurrir”, indicó.

Aseguró que, tras la contienda, se perpetraron “muchísimas injusticias, e incluso posiblemente se siguen cometiendo”. “Esa posguerra fue tremendamente dura para los que defendimos la libertad”, insistió, y detalló lo que les ocurrió a los que estuvieron en las cárceles y en los campos de trabajo. Así, contó que fue recluido en el campo de refugiados de Gurs, a donde fueron destinados los combatientes vascos que cruzaron a Francia, y que fue arrestado al regresar a España. “Me metieron en la fábrica de chocolates Elgorriaga”, que había sido habilitada como prisión, “y después me trasladaron a la Universidad de Deusto”, que ejercía la misma función.

“Durante mucho tiempo no se podían denunciar esas cosas pero ahora que me lo han preguntado me he embalado y no voy a parar para que esto se sepa”, y para denunciar “los desmanes que los franquistas han cometido”. Añadió que “me he propuesto en la última etapa de mi vida seguir adelante y morir con las botas puestas para que se sepa lo que ocurrió”. Denunció que “todos los gobiernos tienen aparcada en un cajón la Ley de Memoria Histórica” y calificó de “lamentable que haya tenido que venir una jueza argentina” a preguntar lo que pasó.

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