La asociación lleva tres años exhumando fosas sin ninguna ayuda del Estado
Diario de León | C. Fidalgo | Ponferrada | 23-10-2014
Seis años después de su apertura en un local del campus de Ponferrada cedido por la Universidad de León, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) se plantea cerrar a partir de enero el laboratorio donde cuatro voluntarios trabajaban con los restos exhumados de las fosas de la Guerra Civil y la represión franquista. La falta de financiación —la asociación lleva tres años sin recibir subvenciones del Estado— y las dificultades personales de los cuatro voluntarios, que están a punto de agotar o ya han agotado sus prestaciones por desempleo y no reciben ningún tipo de remuneración por su trabajo, hacen que la actividad del laboratorio peligre a corto plazo.
Así lo reconoció ayer el vicepresidente de la ARMH y uno de los cuatro voluntarios, Marco González. «Nosotros no nos vamos a marchar de Ponferrada, pero con el paro cobrado y sin ningún tipo de ingreso, ya estamos trabajando con nuestros propios ahorros. Hay que comer y ver si nos sale algún trabajo lo cogeremos», explicó.
En la misma situación se encuentra el historiador Alejandro Rodríguez, la auxiliar de arqueología Nuria Maqueda y sobre todo el arqueólogo forense catalán René Pacheco, el más gastos afronta con su estancia en Ponferrada. Los cuatro han llevado el peso de las últimas exhumaciones emprendidas por la ARMH, como la de la fosa de Claudio Macías en la bodega de su casa hace dos semanas y la que tienen pendiente en la Curva de Villalibre para sacar a su hermano Arsenio.
La ARMH, que entre los años 2007 y 2011 recibió 60.000 euros anuales del Gobierno para la actividad del laboratorio y las exhumaciones, aportados en virtud de la Ley de Memoria Histórica aprobada por el Ejecutivo de Zapatero, lleva tres años sobreviviendo con donaciones como la del sindicato noruego que ayudó a financiar cuatro exhumaciones emprendidas en distintos puntos de la geografía española el pasado verano. Y aunque la Universidad les ha cedidos sus instalaciones de forma gratuita, las aportaciones de los 700 socios tampoco permiten financiar ningún sueldo. La esperanza de la ARMH es obtener fondos de los programas internacionales a los que concurren y nuevas colaboraciones externas. «De aquí no esperamos nada», reconoció González.