Que se le puedan poner nombres a esos huesos”: las fosas de Cañada Rosal como testimonio de la represión franquista

La Diputación de Sevilla participa en los trabajos sobre las 74 víctimas de los golpistas exhumadas en el antiguo cementerio carrosaleño y entre las que podrían estar las mujeres del Aguaucho

Trabajos arqueológicos en el antiguo cementerio de Cañada Rosal (Sevilla).

De la tierra emergen amasijos de huesos como testigos de los crímenes ejecutados por los golpistas. El antiguo cementerio de Cañada Rosal guardaba en sus entrañas la historia de la represión golpista, como demuestra el trabajo arqueológico con 74 víctimas exhumadas. Entre ellas, quizás, las mujeres del Aguaucho. Y queda un broche final, la identificación genética: “Que se le puedan poner nombres a esos huesos”, como simboliza el alcalde carrosaleño, Rodrigo Rodríguez Hans.

Para esta etapa el Ayuntamiento de Cañada Rosal cuenta también con el apoyo de la Diputación de Sevilla y su tarea de transformar la provincia en una “tierra con Memoria”. El Consistorio recibe un aporte –de 70.000 euros– en la línea de subvenciones que la institución sevillana que, con un millón de euros de inversión, ha inyectado para buscar desaparecidos, divulgación y retirar símbolos franquistas. Con esa apuesta, la mitad de los pueblos sevillanos activan su Memoria Histórica.

La búsqueda de los desaparecidos mediante el proyecto de recuperación de restos de represaliados en el antiguo cementerio es un compromiso firme que ha contado con la participación del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática a través de la secretaría de Estado que encabeza Fernando Martínez. “Ahora también la Diputación de Sevilla se ha volcado firmemente en algo que nos concierne a todos”, subraya el alcalde en conversación con elDiario.es Andalucía.

Mientras, afea, “de otras administraciones no hemos recibido ayuda” aunque se trata de “restaurar en la medida de lo posible unos crímenes de lesa humanidad” y “entregar a los familiares los restos de sus víctimas que tantos años estuvieron buscando”. La posible localización en Cañada Rosal de las mujeres del Aguaucho apuntala esa tarea y “cierra una desesperanza” sobre “una de las historias más criminales de la guerra civil”, apunta Rodríguez Hans.

Pablo Caballero, sobrino de una de las mujeres del Aguaucho, Josefa González.

Sevilla sin fosas

Sevilla será una tierra sin fosas en 2030, “seguro”, asegura el diputado provincial de Cultura y Ciudadanía de la Diputación de Sevilla, Casimiro Fernández. “Todos deberíamos estar comprometidos con la ley, la Memoria Democrática y los Derechos Humanos”, sostiene en una entrevista con elDiario.es Andalucía. “Y esto debe ir acompañado de una educación y una conciencia en valores democráticos”, subraya.

“Hemos visto de todo, fosas que se tienen que exhumar, otras que están debajo de nichos, bajo carreteras… hacer todo eso requiere un estudio al que se ha incorporado el presupuesto de este millón de euros con ayudas de hasta 100.000 euros para exhumaciones”, apunta el coordinador del Observatorio Provincial de la Memoria Democrática de la Diputación de Sevilla, Manuel Lay. Ahora toca, coinciden, actualizar el mapa de fosas de la provincia.

En la línea para “dignificación de víctimas” de las ayudas de la Diputación de Sevilla participan hasta 20 ayuntamientos para tareas de “localización de fosas sobre el terreno, exhumación e identificación”. Con cuantías de entre 5.000 euros y100.000, alcanzan ese máximo Alcalá de Guadaíra y El Viso del Alcor, y casi Osuna (99.677 euros) y El Real de la Jara (90.000). Completan el listado Constantina (73.810), Las Cabezas de San Juan, Santiponce y Guillena, entre otras, o la propia Cañada Rosal con 70.000 euros.

Alambres y “carne fresca

Eran “carne fresca” para los golpistas. Los verdugos acarrean camiones atestados con civiles atados con alambre. Cañada Rosal era la aldea sevillana que votó defender la República con los franquistas a las puertas. Y la respuesta popular al golpe de Estado marcó el terror desatado en la Campiña sevillana. Las paredes del cementerio son testigos de los disparos que quiebran el pueblo. Las fosas comunes, testimonio de la represión franquista.

Los testimonios guardados en el tiempo señalan las zanjas abiertas en el viejo camposanto para arrojar los cadáveres de vecinos carrosaleños y otros muchos traídos también de pueblos cercanos. En aquellos trozos de tierra esperaban luz los amasijos de huesos, algunos compatibles con las mujeres del Aguaucho, de Fuentes de Andalucía, “señaladas” por su implicación social y política, y que son el ejemplo de cómo Andalucía es una tierra de fosas comunes de mujeres con 1.500 “rosas” asesinadas por el franquismo y cinco casos simbólicos.

Hoy hay esperanza en que sus cuerpos hayan sido localizados. “Los perfiles biológicos –de los esqueletos exhumados de una fosa común– son bastante coincidentes, hay indicios y barajamos esa hipótesis, pero todavía no se puede hablar de una evidencia de que sean ellas”, dice Carmen Romero, coordinadora de la intervención arqueológica que ha recuperado un grupo de víctimas “compatible” con las jóvenes andaluzas. Cabe aplicar “todas las cautelas” científicas y esperar “al estudio antropológico y genético” de los restos, extiende.

“Tenemos que ser muy prudentes y hasta que no haya una identificación genética mantener cierta prudencia”, apuntala el alcalde, Rodrigo Rodríguez Hans. “Aunque efectivamente todo apunta a que sean ellas”, enlaza. “No se puede decir todavía que sean pero sí que nueve mujeres jóvenes fueron encontradas en la segunda fosa y hay muchos indicios de que puedan ser, que se hubiera dado ese crimen” que ahora busca cerrar el círculo del duelo: “Hay familias que están deseando enterrarlos junto a sus hijos, que tantos años los buscaron, es un sueño que quieren dar ese reencuentro, aunque sea espiritual”, dice el regidor.
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