Rafael Cabanillas. El fracaso de los educadores y del sistema educativo

El fracaso de los educadores y del sistema educativo

Rafael Cabanillas

El fracaso de los educadores y del sistema educativo | Público

En contra de mis intereses literarios y aunque no sea generalizable, reconozco que una imagen vale más que mil palabras. La fuerza de una foto o de una escena cinematográfica que se agarra a tu cerebro y ya no te suelta jamás.

Para mí, una de esas escenas, absolutamente desgarradora, es el final de la película de José Luis Cuerda, La lengua de las mariposas.Don Gregorio (Fernando Fernán Gómez), el viejo maestro republicano que ha sabido despertar en sus alumnos – especialmente en Moncho –la curiosidad y el placer por aprender, es detenido por los falangistas y llevado hasta un camión para ser fusilado. Como a cientos de maestros republicanos.
Para mí, una de esas escenas, absolutamente desgarradora, es el final de la película de José Luis Cuerda, La lengua de las mariposas.Don Gregorio (Fernando Fernán Gómez), el viejo maestro republicano que ha sabido despertar en sus alumnos – especialmente en Moncho –la curiosidad y el placer por aprender, es detenido por los falangistas y llevado hasta un camión para ser fusilado. Como a cientos de maestros republicanos.
En ese paseíllo, los vecinos le increpan con insultos. Su alumno Moncho el que más, con un odio inaudito, imitando a sus mayores, sin comprender muy bien lo que pasa –¡Rojo, ateo, tilonorrinco, espiritrompa!–, tirándole piedras con saña. “Espiritrompa”, la lengua larga y espiral de las mariposas, convertida en metáfora del amor por la ciencia, por la naturaleza, a sus alumnos y al aprendizaje en libertad. Don Gregorio, en símbolo de todos los maestros Benaiges (El maestro que prometió el mar) ejecutados, muertos en la huida o desterrados: Lorca, Miguel Hernández, Antonio Machado, Madariaga, María Zambrano, Ayala, Elena Fortún, Max Aub, Buñuel, Rosa Chacel, Margarita Xirgu, Clara Campoamor, Cernuda, Alberti… Lo mejor de España. Con dos premios Nobel incluidos: Severo Ochoa y Juan Ramón Jiménez. La mejor generación de españolas y españoles del siglo XX, asesinados o huyendo de su tierra antes de que los mataran. La España cainita y canalla, que ahora vuelve “como la náusea de un borracho ahíto de vino malo”, matando a sus hermanos con una quijada. Los herederos de los asesinos de Lorca al asalto del poder. Herederos de sangre y con las mismas ideas retrógradas y casposas de entonces.
La expresión de tristeza, desamparo y frustración de don Gregorio en ese camión de la muerte, es la misma que podría tener yo y otros miles de maestr@s y profesor@s, que, tras toda una vida educando y enseñando a sus alumnos, ahora los vemos convertidos en abanderados de la (extrema)derecha, en portavoces de las ideas más abominables y antagónicas que les enseñaron sus profesores. ¿Qué hemos hecho mal? ¿En qué nos hemos equivocado para que, trasladándoles la visión del mundo basada en el respeto, la libertad, la solidaridad, la ciencia, el arte, la cultura y el conocimiento, que simbolizan todos esos poetas, cineastas, actrices, filósofas, historiadores y científicos citados, esos jóvenes representen todo lo contrario?
Todos (...) los Nombres_