Segundo intento para encontrar la fosa de Timoteo Mendieta

Una juez argentina ordena atender la petición de una anciana de 91 años para dar a su padre, fusilado en 1939, un entierro digno

EL PAÍS | NATALIA JUNQUERA | MADRID | 9-5-2017

El equipo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) empieza este martes el segundo intento de localizar, en una fosa común en el cementerio de Guadalajara, los restos de Timoteo Mendieta, carnicero y presidente de UGT en su pueblo, Sacedón, que fue fusilado el 15 de noviembre de 1939. Su hija, Ascensión, de 91 años, lleva toda la vida buscándolo para darle una digna sepultura. Los 88 los cumplió en 2013 a bordo de un avión en el que viajó a Buenos Aires para pedirle a la juez argentina que investiga los crímenes de franquismo, María Servini de Cubría, que la ayudara. La orden de apertura de la fosa que empieza a abrirse este martes se ha dictado a 10.000 kilómetros del lugar del crimen.

Este es el segundo intento porque los arqueólogos ya trataron de localizar los restos de Timoteo en enero de 2016 en la fosa común del cementerio de Guadalajara donde, según todos los documentos, había sido enterrado el padre de Ascensión. Los expertos recuperaron los restos de diez personas que estaban en la misma lista que Timoteo, pero tas realizar los análisis de ADN se comprobó que ninguno era él. La nueva búsqueda arranca este martes a las 9 de la mañana en presencia del juez de Guadalajara que ha recibido el exhorto de la magistrada argentina para abrir la fosa, según ha indicado la ARMH. El equipo cree que Timoteo pudo haber sido arrojado a otra fosa común próxima en la que fueron arrojados otros dos cadáveres el mismo día. Diez familias más creen que también pueden tener represaliados en esas fosas y la asociación se ha comprometido a buscarlos. 

Pese a la orden judicial, será la ARMH quien correrá con todos los gastos, como ya hizo en enero de 2016. El Gobierno de Mariano Rajoy ha eliminado las ayudas previstas en la ley de memoria histórica para la exhumaciones así que la asociación sufraga estos trabajos gracias a donaciones como la de un sindicato de electricistas noruego conmovido por el desamparo de las víctimas del franquismo en España o el premio ALBA que recibieron en EEUU. Las fosas de la Guerra Civil española se abren con dólares.

“Yo quiero que me entierren con él”, repite Ascensión cada vez que le preguntan por qué sigue buscando a su padre. No quiere que esté en el mismo lugar en el que lo arrojaron los asesinos. Quiere poner una placa con su nombre y apellidos y hacerle un funeral. “¿Quién no entiende eso?”, pregunta siempre. 

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