Este año es el centenario de la creación del barrio de Bellavista en Sevilla y uno de los actos principales ha sido el homenaje a las víctimas que sufrieron trabajo forzado en el sistema de campos del Canal del Bajo Guadalquivir: el Canal de los Presos.
Entre 1940 y 1962 se establecieron 8 campos en el entorno del río Guadalquivir. El objetivo fue construir un canal de más de 150 km y transformar unas 80.000 hectáreas de terrenos salobres en tierras de cultivo. La construcción del canal fue una de las mayores obras de ingeniería del franquismo y como mano de obra se utilizaron miles de presos políticos que estaban cumpliendo condena en cárceles franquistas. En los barrios y pueblos del entorno se establecieron las familias de estos presos y miles de ellos se asentaron de manera permanente en la zona. La identidad cultural de estos barrios está vinculada al pasado de violencia que sufrieron sus familias durante la construcción del Canal de los Presos.
Desde el año 2022 investigamos tanto los campos del Canal del Bajo Guadalquivir como la identidad cultural de los pueblos y barrios del entorno dentro de un proyecto financiado por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y con el apoyo del proyecto DES-ALAMBRAR del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. El pasado día 6 de noviembre hicimos una visita guiada al campo de los Merinales y posteriormente 47 de estos presos recibieron el reconocimiento por parte del Estado de haber sido víctimas de persecución política y haber sufrido trabajos forzosos. El Estado también reconoce la ilegalidad e ilegitimidad de los tribunales y la nulidad de sus sentencias. Fue un acto muy especial y emocionante para las familias de los presos y el barrio de Bellavista. Pero nos volvimos con muchísima preocupación.
En la visita al campo de los Merinales pudimos confirmar que una obra de canalización ha destruido parte de las estructuras del campo. Por si fuera poco, la señalización de la ampliación de la obra indica que continuará avanzando y destruyendo las estructuras del recinto. Hemos transmitido la denuncia a la Junta de Andalucía y al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, pero la obra sigue avanzando y destruyendo el campo de los Merinales.
La zona que ocupa el campo está bajo las medidas de protección contempladas en la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía y sujeta a lo regulado en el Reglamento de Actividades Arqueológicas, aprobado por Decreto 168/2003, de 17 de junio. También debería ser declarado lugar de Memoria e incluido en el Inventario Estatal de Lugares de Memoria Democrática.
Exigimos la paralización urgente de la actividad incontrolada que se está llevando a cabo y la protección del campo de Los Merinales.



