En 1981 tres jóvenes fueron asesinados y torturados por la Guardia Civil en Almería al ser confundidos con unos etarras
El ‘caso Almería’ fue uno de los crímenes más salvajes de la transición. El 10 de mayo de 1981 fueron asesinados los jóvenes Luis Cobo Mier, Juan Mañas Morales y Luis Montero García. Todo se debió a una confusión de unos guardias civiles, que pensaban que eran miembros de ETA.
Este 2024 se cumplen cuarenta años de la película que evidenció las vergüenzas de la transición y le dio voz a parte de la crónica negra española. Tres años después de los crímenes se estrenó la película ‘El caso Almería’.

La película contó con actores como Antonio Banderas, Juan Echanove, Iñaki Miramón y Diana Peñalver. Costa fue del grupo de cineastas que buscaron narrar la crónica negra española desde un estilo directo que buscaba esclarecer lo ocurrido.
No obstante, la película vio la luz y fue un éxito en España. ¿Qué hechos narraba esta obra audiovisual? ¿Quiénes fueron condenados y cuáles fueron las penas?
Solo tres agentes fueron condenados
Supuestamente, hubo once guardias civiles en los hechos ocurridos, pero la justicia sólo condenó a tres. El teniente coronel Carlos Castillo Quero, jefe del operativo, fue condenado a 24 años de prisión. El teniente Manuel Gómez Torres fue condenado a 15 años de prisión y el guardia Manuel Fernández Llamas fue condenado a 8 años de prisión.
Castillo Quero cumplió solo nueve años en prisión, ya que en 1988 obtuvo el tercer grado y en 1992 la libertad condicional. Gómez Torres pasó solo la mitad de su pena en prisión y Llamas cinco años.
El jefe del operativo falleció en 1994 y cinco años después El País reveló una preocupante información. Los tres condenados cobraron durante años con cargo a los fondos reservados.
Los graves hechos ocurridos
Los hechos ocurrieron en tiempos convulsos para España, pero nada justifica lo acontecido. Fue el 7 de mayo de 1981 cuando ETA llevó a cabo un atentado en Madrid y las autoridades comenzaron a buscar a los responsables.
En el trayecto el coche sufrió una avería y tuvieron que alquilar otro en Madrid. Alguien dio el aviso de que había visto a los terroristas que se buscaba por el atentado. Antes de llegar a destino fueron capturados por doce agentes de la Benemérita dirigidos por Castillo Quero.
Las víctimas no llevaban nada extraño, no hicieron movimientos extraños ni intentaron escapar. Sin embargo, fueron detenidos y torturados hasta morir. Los agentes buscaban que confesaran un crimen del que no eran culpables, aunque se sospechó que fue un mero acto de venganza.
En la escena del crimen faltaban partes de los cuerpos de los jóvenes y no se permitió apagar el incendio. Importantes cargos políticos y militares se negaban a que se siguiera haciendo público el grave error cometido.
En aquel asesinato fallecieron tres personas inocentes debido a una convicción que no fue contrastada. El caso pasó a la historia de la crónica negra como uno de los crímenes más crueles de la transición.



