Yago Álvarez. Apología económica del fascismo en El Confidencial

Una columna del catedrático de economía Roberto Centeno en su blog en El Confidencial alaba el crecimiento económico de la dictadura franquista, mientras en otro acusa al “totalitario” Sánchez o a los “comunistas bolivarianos de Podemos” de “expoliar a las familias”.​

@ECONOCABREADO

elsalto.es

24 de septiembre de 2018
https://www.elsaltodiario.com/franquismo/apologia-economica-del-fascismo-en-el-confidencial
 

El debate sobre la exhumación de Franco ha abierto las puertas del averno. La apología franquista se ha puesto de moda y el blanqueamiento al dictador se nos viene encima como si fuera una especie de nueva oleada cultural de reivindicación del fascismo católico. De las proclamas para alabar la figura del “caudillo que ganó la guerra hace 82 años” en la Asamblea de Madrid a McNamara ondeando banderas en el Valle de los Caídos, el espectro de apologías a la dictadura de Franco que estamos presenciando en las últimas semanas abarca una múltiple variedad de formas y campos. La Economía no se podía quedar atrás.

El catedrático de economía Roberto Centeno, o The Centeneitor, como a él le gusta que le llamen, ha publicado una columna en su blog personal en El Confidencial, El disparate económico, titulada “El legado económico de Franco: hechos y cifras”. El artículo arranca fuerte. El autor, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y colaborador habitual de medios como Intereconomía o Espejo Público, alaba las cifras de crecimiento de la dictadura en comparación con la democracia: “Durante 40 años, España ha crecido muy por debajo de su potencial, menos del 1,5% de media, frente al 6,6 % de entre 1950 y 1975”, y tacha a aquella España de “un auténtico milagro” a la vez que parafrasea a su “maestro” Fuentes Quintana: “Esto es el ejemplo claro de lo que España puede conseguir cuando está bien gobernada”. Quintana no fue de los profesores republicanos que tuvieron que huir por la represión del franquismo o de los que acabaron en cunetas. Centeno tampoco. De hecho, Quintana fue senador en 1977 por “designación real” y luego fue nombrado Vicepresidente segundo para Asuntos Económicos en el tercer gobierno de la monarquía, bajo la presidencia de Adolfo Suárez. Muy democrático todo.

 

 
 

 

Durante todo el artículo Centeno se dedica a alabar cifras de crecimiento, renta per cápita o industrialización de la época dictatorial, además de atribuir al buen hacer del dictador el que España “un país básicamente subdesarrollado, hubiera pasado a tener el décimo PIB mundial” en el 1975. Leyendo esas líneas, cualquiera que no conozca la sanguinaria historia de una dictadura que duró 40 años, o se la hayan ocultado en el colegio y en los libros de historia, podría pensar que esas décadas conformaron una época boyante donde una creciente economía solucionaba todos los problemas de la población o, como decía Mayor Oreja: “Una época muy tranquila”. La forma en la que el economista ignora que está comparando una época de dictadura franquista con una democracia es insultante en 2018. O, por lo menos, lo era hasta hace bien poco. Este tipo de personajes lo están poniendo de moda nuevamente. 

El sector público franquista también se lleva sus alabanzas. Según Centeno, mientras el franquismo tenía 700.000 “empleados públicos formados y capaces” que habían pasado “un riguroso sistema de oposiciones a todos los niveles”, la administración actual tiene unos tres millones, de los cuales “solo un millón ha conseguido la plaza a través de oposiciones limpias y transparentes, el resto son enchufados sin preparación”. Datos nada sesgados los del catedrático. Afirmaciones nada demagogas.

No voy a entrar a debatir todos los bulos y mentiras mil veces repetidas sobre los logros del dictador, —ya se ha hecho en otro artículo en El Salto porque no es la cuestión. Lo que verdaderamente asusta es lo que hemos comentado en un primer momento: la apología fascista está de moda, y las viejas guardias franquistas, y no tan viejas, están desenpolvando sus plumas para hacer apología de “esos tiempos tranquilos”. El dejar de ocultar tu amor por la dictadura ahora se llama “hablar sin complejos”.

El baremo de opinadores como Centeno para medir la legitimidad de un gobierno pone en duda su aprecio por la democracia. Mientras, no dedica ni una sola palabra del artículo a hablar de la dictadura franquista, de sus asesinatos, de los cientos de miles de personas que tuvieron que huir y exiliarse o de las expropiaciones de todas sus pertenencias a los republicanos.

En otro artículo publicado en el mismo blog de El Confidencial el 27 de agosto, titulado El totalitario Sánchez: expolio fiscal sin techo de gasto, Centeno llama al presidente del Gobierno totalitarista que se sirve de su alianza con los “comunistas bolivarianos de Podemos” para realizar “el mayor expolio fiscal a las familias de nuestra historia”, refiriéndose a la subida del IRPF, el cual afectará a las rentas altas. Ignorar cómo el franquismo despojó de todo a las familias republicanas, pero defender a las rentas que ganan más de 100.000 euros al año, llamando totalitario al que sube el impuesto pero no al dictador fascista, explica bastante bien qué segmento de la población es considerada “familia” para el señor Centeno.

Seguramente en los próximos meses, aprovechando el independentismo catalán, la exhumación del dictador y el alarmismo sobre la inmigración, tengamos que soportar cómo esta apología fascista se sigue expandiendo por todas las vías que les ofrezcan. Pero lo que realmente me da pena, como periodista y demócrata, es que un medio del calado y la importancia como El Confidencial se preste a publicar un artículo que alaba las hazañas económicas de una dictadura militar sin tener en cuenta los asesinatos y la represión de esos 40 años. Bastante tenemos con el ABC.