Burgos. Comienzan los trabajos para hallar la fosa común de la Cartuja de Miraflores 85 años después de los asesinatos.

Se trabaja en una superficie de unos 250 metros cuadrados en una zona boscosa dentro del recinto de la Cartuja de Miraflores de Burgos. Los sondeos arqueológicos han comenzado con la retirada de tierra

AYTHAMI PÉREZ MIGUEL Burgos Jueves, 5 agosto 2021, 14:57

Los asesinatos se cometieron el 13 de agosto de 1936 en terrenos cercanos a la Cartuja de Miraflores de Burgos, pero que, en ese momento, no pertenecían a los cartujos. Hoy, 85 años más tarde, han comenzado los trabajos para localizar esa fosa común donde fueron enterrados alrededor de una decena de burgaleses. Estos fueron sacados de sus casas o detenidos en la calle por grupos de milicianos albiñanistas que apoyaron el golpe de Estado contra el Gobierno de la II República. Y allí, en un terreno cercano a la Cartuja de Miraflores fueron asesinados y enterrados. Ahora, gracias al impulso de la familia de una de las víctimas se trabaja ahí para encontrar sus restos, enterrarlos donde los familiares estimen, poder sanar y cerrar heridas abiertas, honrar vidas arrancadas sin justicia en una contienda fratricida, la Guerra Civil Española.

La excavación arqueológica se inicia después de años de trámites y esperas y a solicitud de la Agrupación de Familiares de Represaliados en la Cartuja de Miraflores. Estas labores de búsqueda consisten en sondeos arqueológicos. La mañana de este jueves 5 de agosto se ha centrado en remover con una máquina retroexcavadora la tierra donde se cree que está la fosa. Los trabajos están dirigidos por el arqueólogo e investigador de la Universidad de Burgos, Juan Montero, y cuenta con la colaboración de la osteoarqueóloga Lourdes Herrasti, investigadora de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

Área bien acotada

Si los trabajos dan con la fosa, los restos serán exhumados y enviados al laboratorio de la Asociación Aranzadi en San Sebastián, para su correspondiente estudio. «En caso de que no se encuentren restos, a expensas de que pueda llegar nueva documentación, la búsqueda se paralizaría», explica Montero.

Pero se trabaja con optimismo. «El área de búsqueda, en principio, está bien acotada. Pensamos que está en un claro de una zona boscosa dentro de los terrenos de la Cartuja. Tenemos el testimonio de que estos milicianos de derechas accedieron a la Cartuja por el antiguo camino que llevaba a Cortes», añade el arqueólogo. El camino estaba delimitado por unas tapias, a un lado propiedad de los cartujos y al otro de la marquesa de Tabuérniga. «Una de las tapias estaba derruida en una parte, accedieron por ahí, cometieron los asesinatos y cavaron la fosa e inhumaron los restos de las víctimas», relata Montero. Ahora, esos terrenos pertenecen a la comunidad de monjes.

Los sondeos se están centrando en una parte del bosque bien delimitada. «Es una superficie reducida, está muy bien delimitada, es pequeña con unos 250 metros cuadrados y ahí es donde estamos focalizando la actuación», así lo relataba esta mañana en la que han comenzado los trabajos el arqueólogo Montero. Lo hacía en el exterior del terreno de la Cartuja. «El prior nos ha mostrado su colaboración total desde el principio y no ha puesto ningún impedimento, pero es una comunidad de recogimiento y estamos trabajando con discreción para no interferir en su día a día», añade.

Identificación de las víctimas y familiares

El problema de esta fosa de la Guerra Civil Española, con respecto a otras de la provincia de Burgos, es que estas víctimas fueron detenidas en sus casas o por las calles. Desde allí les condujeron a La Merced, donde tenía su cuartel la Falange, y de allí a la Cartuja para ser asesinados. En cambio, en otras fosas como las de Estépar o La Pedraja, donde hay cientos de víctimas, estas pasaron por la cárcel de Burgos u otras prisiones. «Esto deja un rastro documental y sería más fácil localizar a las familias. Aquí no tenemos un rastro documental de esas familias, localizarlas es difícil porque lo que sabemos de otros casos similares. Los familiares están dispersos. De momento, solo tenemos la reclamación de la familia de una víctima, Jerónimo Carballera», señala Montero.

Varios familiares de Jerónimo Carballera se encontraban hoy siguiendo los trabajos en el terreno donde se espera encontrar la fosa. Agradecían la colaboración de la comunidad de la Cartuja y reconocían vivir en una incertidumbre a la espera de si se hallaban restos o no.

La única víctima que, en su momento, se pudo identificar en esta fosa fue la del capitán Ojeda, un hombre muy significado políticamente con la izquierda en Burgos y antiguo militar. Cuando los cartujos dieron aviso de que habían oído disparos y se encontraba en ese lugar una fosa común, llegó la comitiva judicial unos días después. Solo reconoce a esta víctima, al capitán Ojeda, fue exhumado y se le enterró en Burgos. El resto de cadáveres se dejó en la fosa. «Por orden del retén de falangistas que había acudido con la comitiva judicial se procedió a tapar bien la fosa para que no quedase ningún resto visible», explica el arqueólogo Juan Montero. Tan tapado quedó que hasta 85 años después no se ha localizado ni se ha intentado hacerlo.

Permisos, promotores y financiación

Para sacar adelante este proyecto se cuenta con los permisos de la comunidad religiosa de los cartujos, a través de su prior, Pedro Iglesias de Paul, así como de la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Burgos, conforme a lo previsto en el Decreto de la Memoria Histórica y Democrática de Castilla y León y siguiendo el Protocolo de Actuación en Exhumaciones de víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura.

Las entidades que promueven conjuntamente esta intervención son la Agrupación de Familiares de Represaliados en la Cartuja de Miraflores de Burgos y el Ayuntamiento de Burgos. El proyecto cuenta con subvenciones, por un lado, de la Federación Española de Municipios y Provincia (FEMP), dentro del Plan de Memoria Democrática que asignó al Ayuntamiento de Burgos una partida de 3.000 euros. Por otro lado, cuenta con una ayuda de 8.400 euros del Ministerio de la Presidencia dentro del Programa de Actividades relacionadas con la recuperación de la memoria democrática y las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura que se otorgó a la Agrupación de Familiares de Represaliados en la Cartuja de Miraflores.

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