La Fosa común de Constantina (Sevilla). ¿lugar de Memoria de Andalucía?.

El pasado día 10/12 el grupo RMHSA_CGT.A presentaba la propuesta a la Consejería de Cultura de la Junta.

Cecilio Gordillo. https://www.facebook.com/photo.php?fbid=2581467205470281&set=a.1419475261669487&type=3&eid=ARAuiQBBI9gPiyvd2Y0ekiR6IFZ7fx6-oKAf6gNorDP9MUpqgmCx-txfT7IRPI5RwwrO_spUXmQ8kyVT

En los días que siguieron al 9 de agosto de 1936 (toma de la ciudad) las sacas fueron numerosas y los fusilamientos se realizaron en las tapias del cementerio, dentro del mismo se localizó la fosa común (en tres gavias) donde se intervino (no se le puede llamar exhumación técnica) a finales de los 80, gobernando la UCD (Leopoldo Calvo Sotelo) se procedió a la exhumación e inauguración del mausoleo-monumento el 2 de noviembre del mismo año.

El número de cadáveres, que fueron vueltos a enterrar, según fuentes de personas que estuvieron presentes superaron los 750. La segunda fosa más importante (tras Málaga) de España en las que se ha intervenido tras la muerte del dictador.

En este empeño de dignificar la fosa común estuvieron juntos vecinos de izquierdas, la corporación municipal (PSOE y UCD), los gastos fueron pagados por el IRYDA, también resulta extraño que no queden fotografías ni informe alguno de la intervención, de ahí a necesidad de reconocer públicamente esta actuación, así como investigar todo lo relacionado con ello, algo que será una realidad gracias a los trabajos de un compañero investigador, tras múltiples negativas de personas vinculadas a las instituciones locales.

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ANTECEDENTES:

Constantina (Sevilla). 780 calaveras

No hubo forenses ni arqueólogos: se supo el número de víctimas contando las calaveras. Fue la primera exhumación de una fosa, en 1979 en la localidad sevillana de Constantina

Andalucesdiario.es/ María Serrano / 6 junio 2016

La primera reconciliación entre vencedores y vencidos llegó al pueblo sevillano de Constantina mucho antes de lo previsto, mucho antes de la bastante tardía Ley de Memoria Histórica. En mayo de 1979, la flamante corporación democrática del Ayuntamiento inició los trámites de la exhumación de 780 cuerpos, represaliados por las tropas de Queipo de Llano tras su entrada en Constantina el 9 de agosto de 1936. “Cuando se instaura el primer Ayuntamiento democrático, había una importante tarea pendiente: sacar los restos de muchas familias que se encontraban enterrados en una fosa común dentro del cementerio municipal”, aclara a andalucesdiario.es José Antonio Álvarez, historiador local y concejal independiente del PSOE en aquellas primeras elecciones.

SIN NINGÚN CRITERIO ARQUEOLÓGICO

Las tareas de exhumación comenzaron pocos días después de la toma de posesión del alcalde Juan Morató. “El Ayuntamiento lo formaban once diputados del PSOE y seis de UCD, quienes no se opusieron en ningún momento a la realización de los trabajos”, recuerda José Antonio. La apertura de la fosa no fue un tema a debatir dentro del pleno: “La iniciativa no se conoce porque no hay ningún papel en los archivos locales donde conste el tema de la exhumación”. Juan Morató y varios concejales del PSOE, como Pepe Hidalgo Rojas y Fernando Vicente, entre otros, iniciaron los procedimientos, junto a la ayuda prestada por el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA), que cedió parte de la maquinaria necesaria y los técnicos, encargados de la exhumación. No consta que quedara asignado ningún presupuesto municipal para esta tarea.

El IRYDA aportaba así la ayuda necesaria para poner en marcha la primera exhumación llevada a cabo en España, después de la dictadura franquista. Álvarez relata que, con apenas 35 años, no sabía en aquel momento la importancia de lo que estaba ocurriendo. “Las excavadoras, traídas por IRYDA comenzaron muy pronto a sacar los restos de los cuerpos que se encontraban a poca profundidad”. Sin criterio arqueológico ni ayuda de investigadores ni familiares, los restos fueron saliendo y el recuento de las víctimas se hacía simplemente sumando los cráneos que salían de la tierra. “Casi 800 fueron los encontrados por los técnicos”, aclara Álvarez. Al finalizar cada jornada de exhumación, los huesos se metían dentro de unas bolsas de plástico para salvaguardarlos, mezclando los restos de todas las víctimas.

CONSTANTINA, EL PUEBLO QUE NUNCA RECUPERÓ SU CENSO

El elevado número de víctimas en Constantina la sitúa, con diferencia, en la localidad sevillana donde se produjo el mayor número de fusilados de toda la provincia. El historiador Antonio Serrano Vargas apunta que hubo más de un millar de pérdidas humanas. “La localidad perdió desde entonces casi cinco mil personas y ya nunca recuperaría su población de 1936”. Para Álvarez la represión en Constantina puede elevarse a una “masacre y asesinato brutal de personas indefensas, con una absoluta desigualdad entre las víctimas y los que llevan a cabo la matanza”, y no solo en uno de los bandos: un centenar de derechistas detenidos fueron sacados de las cárceles y asesinados a sangre fría. Además, la venganza ejercida después por Queipo de Llano, tras el asesinato de los suyos, durante el mes de julio de 1936, hizo que el general fascista hiciera la promesa de que por cada uno de los suyos que hubiera sido asesinado por los republicanos, mataría a otros diez como represalia: cumplió su vengativa promesa.

Tal y como apunta el boletín informativo de Constantina de la época, el 1 de noviembre de 1980 fue inaugurado el monolito a los represaliados por el régimen franquista en el pueblo, tras una complicada exhumación que se alargaría más de doce meses, aunque no se conocen con precisión las fechas exactas. “Apenas un centenar de familiares y amigos se congregaron en el homenaje. Aún había mucho miedo y poca gente quería dar la cara ni señalarse como descendientes de las víctimas que vivieron aquella barbarie”, apunta Álvarez. El artículo destaca que aquel panteón “daba digno y definitivo enterramiento a los restos de las víctimas del bando republicano de la última guerra”, destacando que el nuevo mausoleo constaba de una cruz frontal de mármol blanco en la que escuetamente podía leerse ‘Caídos por España 1936 – 1939′. El acto contó con el beneplácito de la Iglesia, oficiando una misa el cura José María Melendo. En su discurso, el alcalde Juan Morató apuntaría que “el deseo de la corporación ha sido restañar la herida, tanto tiempo abierta y en señal de buena voluntad”.

SIN TESTIMONIOS DIRECTOS

Aquella pionera exhumación ha quedado demasiado tiempo silenciada; de hecho, hoy día apenas es posible acceder a testimonios directos que ayuden a reconstruir con precisión la iniciativa. “Yo soy de los últimos de aquel primer gobierno municipal democrático que puede hablar de aquello, pero hay que recordar el compromiso del concejal Pepe Hidalgo Rojas, que en vida se dedicó a mantener con dignidad aquel monumento a los caídos, acudiendo al cementerio cada martes”, apunta Álvarez.

Con impotencia, José Antonio relata que aquel fatídico 9 de agosto de 1936 ha sido festividad local en Constantina hasta hace apenas 15 años. “Yo me iba fuera del pueblo en aquella fecha porque me parecía una barbaridad que se celebrara una fiesta en un día tan dolorosísimo”. El día de la entrada de las tropas de Queipo de Llano en Constantina, el 9 de agosto, se ha venido festejado durante décadas con la procesión de la Virgen del Robledo desde su ermita hasta el centro del pueblo.

+ Información:

La memoria olvidada de Constantina

Considerada una de las fosas comunes más importantes de Andalucía, existen aún muchas incógnitas sobre ella

El mes que viene se cumplirán 80 años de la entrada de las tropas sublevadas en Constantina, donde la población, por ideales arraigados, se mantenía fiel a la II República. Hasta la invasión de los sublevados, las muertes de derechistas sumaban un total de 92, lo que provocó una desmedida venganza encabezada por el General Queipo de Llano, quien prometió que por cada muerto de su bando, perecerían diez del contrario. Comenzó entonces un proceso de detenciones y fusilamientos que llegó al millar. Muchos de los fusilados quedaban en plena calle durante días, hasta que el hedor obligaba a retirarlos. Eran entonces conducidos hasta una fosa común y allí aguardaban el paso del tiempo junto a otros cadáveres víctimas de la barbarie.

Tras la represión franquista y el advenimiento de la democracia, en el año 1980 se procede a la exhumación de cadáveres. De dicha fosa, ubicada en el cementerio católico del municipio, se extraen 780 cuerpos y cuenta con la colaboración económica del extinto Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda). Sin embargo, ni un solo documento ilustra los trabajos realizados en la zona.

No obstante, el mapa de fosas de Sevilla, coordinado por Ángel del Río para la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía (Amhyja) y entregado al Comisario de la Memoria Histórica de Andalucía, es el primero en ofrecer algunos datos. En dicho mapa, se destaca la singularidad de esta fosa, que según su coordinador tiene una especial importancia debido al gran número de víctimas en una localidad relativamente pequeña. Igualmente, extraña en este informe la presencia del Iryda, algo, explica Del Río, «totalmente único», ya que normalmente las exhumaciones son hechas a petición y con la colaboración de familiares y amigos.

De la misma manera, señala, las exhumaciones fueron hechas sin rigor científico, en tres tandas, sin contar con forenses ni arqueólogos, y el tanteo de cadáveres se basó únicamente en el número de calaveras, por lo que el número de víctimas podría haber sido mayor aún. En el informe del mapa de fosas, colaboró una persona especial, José Hidalgo Rojas, hijo de un concejal constantinense fusilado tras un consejo de guerra en las años 40. Hidalgo hizo las veces de informante y consiguió localizar la fosa. Tras su apertura, y después del levantamiento del mausoleo conmemorativo, este vecino dedicó una década de su vida a cuidar del mencionado mausoleo, acudiendo cada martes al cementerio constantinense.

36 años después de la exhumación, y 80 después de los tristes altercados, el sindicato CGT y la web todoslosnombres, denuncian la presencia aún hoy de muchas incógnitas, entre ellas, conocer la justificación de la presencia del Iryda. Ante estos asuntos, José Antonio Álvarez, quien fuera concejal de la primera corporación constantinera en la democracia, arroja un poco de luz. En aquel entonces, era un joven edil independiente que prestó apoyo a un equipo de gobierno compuesto por antiguos republicanos «con urgencias por descubrir». En esa misma línea, Álvarez señala la importancia de Hidalgo Rojas, a quien otorga el «mérito principal» por su empeño en la apertura de la fosa y por el posterior cuidado del mausoleo. Sin embargo, señala que no solo su papel fue importante, sino que también la actuación del Ayuntamiento de la época fue importante.

De la misma manera, Álvarez encuentra la explicación lógica a la intervención del Iryda en la actuación, ya que, según las propias palabras del exconcejal, el propio Rojas trabajaba para este organismo. Durante los trabajos de exhumación, los cuales, según Álvarez, se hicieron «a estilo compadre» y donde se cometieron errores «por mirar con los ojos», se produjo un hecho destacable, como fue la colaboración por parte de personas de la derecha, algunos de ellos con un puesto relevante en el Iryda y cuya actuación puede hacer entender el silencio posterior y la falta de documentación. Y es que, según parece, el miedo se apoderó de demasiada gente una vez abierta la fosa.

Para Cecilio Gordillo, coordinador de CGT-A y de todoslosnombres, la razón del silencio se debe a la necesidad de que «la voz no se corriera y comenzaran a exigirse intervenciones similares». Ello, unido, según Gordillo, a que «a posteriori había que ocultar estas iniciativas de los herederos del franquismo (UCD), pues podía dejar en mal lugar a la izquierda asentada en el Congreso, el Senado, las diputaciones, ayuntamientos…»

80 años después de la barbarie, un pequeño mausoleo en el cementerio de Constantina honra la memoria de aquellos que sufrieron los desastres de la guerra. En el aire, muchas incógnitas y un deseo por parte de todoslosnombres: «Que el Ayuntamiento convoque a aquellos vecinos y cargos públicos aún vivos y recoja sus testimonios lo antes posible», y de esta manera hacer visible la transparencia y el conocimiento de nuestra historia reciente.

https://elcorreoweb.es/provincia/la-memoria-olvidada-de-constantina-EG1976666