Barcelona. Crímenes del franquismo. 20 días de torturas en Via Laietana: la primera querella con la Ley de Memoria Democrática en vigor

Crímenes del franquismo. 20 días de torturas en Via Laietana: la primera querella con la Ley de Memoria Democrática en vigor

Carlos Vallejo, torturado en Via Laietana por su militancia en Comisiones Obreras en 1970, espera que la nueva Ley de Memoria Democrática permita que por fin la justicia española investigue los crímenes del franquismo. La querella se engloba en una campaña para pedir que la comisaría de Via Laietana, “el agujero negro de la represión de la dictadura en Barcelona”, se convierta en un espacio de memoria.
Ter García
17.11.2022
Carles Vallejo fue detenido el 17 de diciembre de 1970,  a las 6h45 de la mañana. Los agentes de la Brigada Político Social le llevaron a la comisaría de Via Laietana, en Barcelona, donde lo mantuvieron durante 21 días sufriendo torturas y humillaciones por su militancia política.

“Yo fui uno de los cuentos de represaliados de la dictadura que fuimos a parar a la tenebrosa Vía Laietana 43, que era el agujero negro de la represión de la dictadura en Barcelona”, recuerda a El Salto Carles Vallejo, presidente de la Associació Catalana d’Expresos Polítics del Franquisme y del Consell de Participació del Memorial Democràtic. “Presentamos esta querella aprovechando la aprobación de la ley de Memoria Democrática, que abre algunas brechas para que se investiguen los crímenes del franquismo”, añade.

En los 70, Vallejo explica que la Brigada Político Social tenía especialistas en la persecución de personas de ideología comunista, de sindicalistas y de libertarios entre otros colectivos que amenazaban la dictadura franquista. “A mi me tocó el equipo dedicado a los sindicalistas y al movimiento obrero dirigido por el comisario Genuino Nicolás, que tenía una especial vigilancia sobre la Seat”.

Había comenzado a trabajar en la Seat un año antes, después de haber participado en el movimiento estudiantil. La Seat por entonces era la mayor empresa de España y la que acumulaba mayor número de trabajadores y trabajadoras. Era una empresa prácticamente militarizada, según explica, con militares en cargos de responsabilidad, con policías armados y guardias civiles jubilados en puestos de vigilancia y con una plantilla importante de personas pagadas para pasar información sobre todo lo que allí ocurriera que pudiera oler a rojo.

“Fue la peor tortura de todas, porque, si te detenían, sabías que te iban a torturas pero era cuestión de resistir 72 horas; aquí no”, recuerda Vallejo

Cuando entró a trabajar allí, Vallejo se dedicó a organizar las comisiones obreras en la empresa. “Después de delaciones, sospechas y seguimientos, me vinieron a detener una mañana en mi casa, antes de ir a trabajar, y ahí empieza el agujero negro”, rememora. Ya con la detención, llevada a cabo por policías de paisano, comienzan los maltratos, que continuaron durante los 20 días que pasó en Via Laietana. Aunque la ley franquista había marcado en 72 horas el tiempo máximo que los detenidos podrían estar en manos de los agentes policiales, en ese momento el régimen franquista había decretado un estado de excepción a raíz de las movilizaciones que pedía la conmutación de la pena de muerte dictada para los militantes de ETA en el proceso de Burgos. “Fue la peor toRtura de todas, porque, si te detenían, sabías que te iban a torturas pero era cuestión de resistir 72 horas; aquí no, la pesadilla es terrible, estás solo frente al aparato de la represión durante el tiempo que ellos quieran”. En esos 20 días Vallejo detalla la tortura física, a base de golpes, y psicológica que sufrió. Veinte días que vivió en duermevela, si saber si era de día o de noche, con el cuerpo dolorido por los golpes recibidos en el anterior interrogatorio, y con un nuevo interrogatorio, a base de torturas, cada cuatro horas con el objetivo de que delatara quiénes eran sus compañeros en la organización sindical y así poder destruirla.

La querella, a la que ha tenido acceso El Salto, detalla que las torturas físicas consistieron en golpes con la parte frontal de la mano plana, golpes en el abdomen, patadas hasta hacerlo caer en el suelo, encapucharlo o atarlo por debajo y atrás de las rodillas —método de tortura denominado “el pato”—, manteniéndole acuclillado durante horas. También le hicieron sufrir las denominadas “ruedas”, en las que cinco o seis policías en círculo a su alrededor se turnaban para golpearle, o “la bolsa”, técnica de tortura consistente en en colocarle una bolsa en la cabeza, impidiendo que pudiera respirar.

Tras 20 días de torturas, Vallejo fue condenado por el Tribunal de Orden Público por delitos de asociación ilegal, propaganda ilegal y por delito de atentado contra dos de los policías que le torturaron, a los que encima indemnizar con 3.000 pesetas. Estuvo seis meses en prisión, Volvió a ser acusado otra vez, aunque ya se había exiliado a Francia, donde trabajó para la delegación exterior de Comisiones a Obreras. Después marchó a Italia donde trabajó en la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL) y coordinó acciones de solidad internacional con los represaliados antifranquistas.

Vallejo volvió a Barcelona con el indulto de 1976 y también a la Seat, con la amnistía laboral. Allí asume cargos de responsabilidad, como la secretaría del comité de empresa yla dirección general de CCOO en Seat. También fue elegido en 1986 consejero del Comité Económico y Social Europeo y ha sido responsable de relaciones internacionales en la Federación estatal del metal de CCOO y de la Federación siderometalúrgica de CCOO en Catalunya.

Durante una de las sesiones de tortura, Genuino Nicolás le espetó una frase: “Yo soy policía profesional con Franco, seré policía profesional con la democracia y seré policía profesional cuando gobiernes los tuyos”

Pero aún recuerda bien a quienes protagonizaron la pesadilla que vivió en Vía Laietana. “El responsable máximo era el comisario Genuino Nicolás, que ya ha muerto”, apunta. Durante una de las sesiones de tortura, Nicolás le espetó una frase que, por desgracia, tenía mucho de real: “Yo soy policía profesional con Franco, seré policía profesional con la democracia y seré policía profesional cuando gobiernes los tuyos”. Y así sería. Ese mismo año, Nicolás es nombrado jefe superior de Policía en Zaragoza. Dos años después ya era comisario general de Seguridad Ciudadana, cargo que ocupó durante la visita del Papa de 1982, cuya seguridad él se encargó de coordinar. Y, tras la victoria electoral del PSOE, Nicolás es nombrado director general de Protección Civil.

“Por encima de Genuino estaba Vicente Juan Creix, que no participaba en las torturas directamente pero era el jefe y estaba al tanto y la coordina”, continúa Vallejo. Vicente Juan Creix y su hermano, Antonio Juan, eran bien conocidos por la disidencia del franquismo. Su trabajo como represores ha sido retratado en el documental Barcelona 1962. L’ombra dels Creix, en el que varias personalidades de la cultura y política, como Manuel Vázquez Montalbán, la historiadora Anna Sallés, Salvador Clotas o el ex conseller de Economía Andreu Mas-Colell, relatan las torturas sufridas a mano de los dos hermanos durante su etapa de estudiantes en Barcelona.

Otros policías incluidos en la querella, identificados porque su nombre aparece en los documentos policiales de su caso, son Rafael Núñez Valverde, Francisco Javier Vázquez Torres, José Antonio González Juan y Francisco Manuel Escobedo García.