La represión militar en Sevilla. El Cerro del Águila y Amate

Cuando se produjo el golpe militar en Sevilla, los vecinos del Cerro del Águila y Amate se enteraron muy pronto. Muchos vecinos que en esos momentos salían de trabajar llevaron a sus barrios de primera mano las noticias de los tiroteos que se estaban produciendo en el centro de la ciudad, la mayoría de los cuales provocados por el paqueo de la Guardia Civil apostada en numerosas azoteas y puntos clave. Incluso se pudieron escuchar en la lejanía las ráfagas de ametralladoras del ejército y, sobre todo, los disparos que la artillería hizo poco después en la Plaza Nueva para forzar la rendición del Gobierno Civil. La sublevación se vivió casi al minuto y con especial intensidad.

Y con la misma rapidez que se tuvieron noticias, los militantes más jóvenes y destacados de las organizaciones políticas y sindicales de la izquierda sevillana en ambos barrios, empezaron a reunirse y agruparse para determinar las tareas que llevarían a cabo.

Como es obvio, la primera decisión que tomaron fue la búsqueda de armas. Solamente algunos tenían pistolas y en algún caso escopetas de caza. Y aunque sobraban brazos para empuñarlas, la falta de armas se convirtió en la tarea más urgente y angustiosa a la que tuvieron que hacer frente.

Ya en los primeros momentos, el domingo 19 de julio, Manuel Martínez Ruano, más conocido en el barrio de El Cerro como “Manolo el Sastre”, decidió formar un grupo al que llamaron “Grupo de Choque 19 de julio” y a cuyo frente se colocó a Félix Fernández Sánchez, conocido como “Félix el de El Cerro”, joven obrero fundidor de 20 años afiliado al Partido Comunista y al sindicato Metalúrgico de la Unión Local de Sindicatos, integrada en la UGT. Pese a su juventud, Félix era un joven izquierdista muy conocido y muchas veces detenido. Solamente en 1934, con 18 años, había tenido cuatro detenciones y tres más en los años 1931 y 1932. Poco antes del golpe, el 28 de febrero de 1936 había sido detenido por última vez, esta vez por tenencia ilícita de armas, al quitarle una pistola al falangista de la Vieja Guardia Manuel Peregrina.

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