Represión militar sobre la población de Chipiona: Julio-Diciembre de 1936.

El golpe militar triunfó sin oposición alguna, durante las dos jornadas siguientes al golpe militar y sin desarrollarse ningún tipo de violencia ni disturbios sociales. Pero no por ello se frenaron las actuaciones contra las autoridades republicanas y contra población civil considerada de izquierdas. Los golpistas habían preestablecido la severidad con la que se iban a tratar a cualquiera que pudiese suponer un problema para el triunfo del golpe militar. A los pocos días de que las tropas controlasen las oficinas y cargos municipales comenzaron las primeras detenciones de quienes por sus ideas y militancia política fueron considerados contrarios a la sublevación. Fueron unas detenciones totalmente inesperadas por la población, ya que ninguno de los arrestados había cometido delito alguno, imponiéndose un sistema de detenciones como medida preventiva. Las detenciones se centraron en los miembros de la Comisión Gestora Interina republicana, y los integrantes del Sindicato de la CNT “Nuevo Horizonte” sin que se formulasen sobre ellos acusación en firme por haber cometido algún delito. Extrañamente ninguno de los integrantes del otro sindicato existente en la Villa, perteneciente a la UGT, fueron apresados. En ello tuvo que ver, sin duda alguna, la vinculación de este sindicato con la élite terrateniente durante los años de la II República, en los que las quejas del sindicato de la CNT a la Corporación Municipal fueron constantes; alegando que el sindicato de la UGT estaba controlado por la patronal, tal como se describe en numerosas comunicaciones realizadas a la alcaldía por parte del sindicato cenetistas. Se les tachó de esquiroles por no secundar una huelga que el sindicato de la CNT había mantenido con la bodega de Caballero, una de las principales bodegas de la localidad. Algunos de los miembros del sindicato y de la Comisión Gestora pudieron haber huido en alguno de los barcos que fondearon frente a las costas de Sanlúcar de Barrameda y Chipiona con la intención de pasar a zona republicana; pero la mayoría optaron por quedarse al estimar que no había causa alguna por la cual debían abandonar sus hogares y emprender una marcha incierta. Los que confiaron en que si no habían hecho nada malo, nada se les podría achacar por los sublevados pronto se darían cuenta de que su decisión no había sido la más acertada. El número de detenidos llegó a rondar los sesenta, hacinándose en las instalaciones de la cárcel municipal. Este número sobrepasaba con mucho las posibilidades de un cuartel destinado a una población de unos cuatro mil habitantes en el núcleo urbano y de unos seis mil habitantes contando a la población de los pagos adyacentes, por lo que se decidió habilitar una bodega como cárcel para aumentar el aforo. La elegida al efecto fue la de Rafael Vidal Pérez, donde fueron reubicados los presos. Entre estos detenidos tenemos a la gran mayoría de los que posteriormente fueron fusilados a causa de la represión militar fascista en la villa de Chipiona. Para estos primeros días de detenciones e incertidumbre debemos destacar la figura de José Mellado Bueno. José Mellado era una persona liberal que tenía amistad con la familia del nuevo Gobernador de Cádiz Varela Valverde. Ante las detenciones que se estaban produciendo, incluida la de su hijo José Mellado Domenech, y los comentarios que desde otros pueblos llegaban sobre los abusos de las tropas golpistas , decidió ir a visitar al Gobernador para que le aclarase un poco la situación en la que se encontraba la provincia de Cádiz. En su entrevista Varela le comunicó que se marchase tranquilo, que nada ocurriría en Chipiona . A los pocos días de su regreso, José Mellado fue encarcelado bajo la falsa acusación de haber mandado a un niño apedrear la nueva bandera nacional. José Mellado fue trasladado al penal de El Puerto de Santa María donde fue fusilado en días posteriores a su ingreso en las paredes del penal. Se convirtió así en la primera víctima de la represión del verano de 1936 en la localidad de Chipiona.

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