Sin piedad. La represión franquista en Guadalcanal, 1936-1951

Después de la caída de la Dictadura de Primo de Rivera en enero de 1930 y el breve periodo de gobierno del general Berenguer, el rey Alfonso XIII, en un intento por salvaguardar su corona de los vientos de cambio que se anunciaban decidió nombrar, el 17 de febrero de 1931, al almirante Juan Bautista Aznar para que presidiera un gobierno cuyo objetivo prioritario sería devolver la vieja “normalidad constitucional”, es decir, la consabida alternancia en el poder de conservadores y liberales, al país. El calendario previsto por el monarca y sus aliados, en un intento por ganar tiempo y aplazar el debate sobre la forma del Estado propuesto por las formaciones republicanas emergentes, preveía celebrar elecciones municipales, provinciales y generales, de forma sucesiva, en los meses de abril, mayo y junio. A tal efecto, semanas más tarde, el almirante Aznar convocó elecciones municipales para el domingo 12 de abril de 1931.

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