El misterioso secuestro de Eduardo Pérez Ruiz. Continúa el misterio. Y 11
Nota de TLN
Durante varios meses el blog desdelahistoriadecasasviejas ha incluido una serie de entradas sobre los intentos de secuestro de un vecino de la la localidad gaditana por la guerrilla. Son once que proporcionan una completa mirada a lo ocurrido en esa comarca gaditana. Reproducimos el que cierra el ciclo y recomendamos la visita a los diez anteriores.
El misterioso secuestro de Eduardo Pérez Ruiz. Continúa el misterio. Y 11
– Tratare de hacerlo en el término de tres meses
– Muy bien; hasta mayo tienes de plazo
El secuestrado se apartó del lugar y los guerrilleros se dispersaron en la maleza de la sierra, sin que la Guardia Civil, a pesar de haber estado tan cerca del lugar de los hechos, se diese cuenta de nada.
Cuando llegó el plazo fijado, Eduardo Pérez Ruiz se acercó con unos mulos a darle de beber en una fuente cercana a Benalup. Cuatro hombres armados se le acercaron para hablarle: eran los guerrilleros. Nunca se sabrá el contenido de aquella conversación porque, de la fuerte impresión que nuestro hombre llevó, le sobrevino una congestión cerebral que le impidió contarla, falleciendo a los ochos días. El no saber escribir y haber quedado privado del habla hicieron infructuosas todas las tentativas que sus familiares pusieron en práctica para enterarse de lo ocurrido.
Marzo de 1948
También en la finca “La Herrumbrosa” secuestraron a Miguel Pérez Torres, hijo del anterior, al que exigieron 100.000 pesetas de las que su padre entregó 90.000. Estuvo secuestrado dos días y nos contó que le trataron bien. En la actualidad vive en Barcelona. Otra versión, la de Manuel Sánchez Caro habla de que el encuentro se produjo en el entierro de un hombre de Benalup. Allí se encontró con uno de los que le habían amenazado. Le entró una descomposición que cuando llegó a casa ya no hablaba y murió a los pocos días. Unos días antes habían secuestrado a su hijo Miguel, que se ofreció voluntario para que no se llevaran a Luis, hermano de Miguel.
Con todos estos datos que nos dan los sumarios y las fuentes orales que recopiló Pérez Regordán y Mintz sabemos que el secuestro se produjo, que estuvo tres días en el Aciscar y que lo soltaron porque entendieron que la familia no iba a pagar. Eso sí con la amenaza de que secuestrarían posteriormente a un hijo suyo. Cosa que hicieron al mes siguiente. Resultó ser cierta la amenaza que relata Eduardo en el sumario: “pero a sus hijos los tenemos que coger aunque sea dentro del pueblo, porque nosotros entramos a los pueblos cuando nos da la gana” tanto el secuestro del hijo como que entrarían al pueblo, pues todas las fuentes coinciden en que el infarto se produce en su encuentro con los secuestradores. Lo de que fue en mayo no es cierto, pues murió un 26 de marzo de 1948 (según el archivo parroquial), por tanto el encuentro se produjo poco después de haber pagado el secuestro de su hijo Miguel.
Lo que no sabemos, y posiblemente no sabremos nunca, si del Aciscar liberaron a Eduardo Pérez con la promesa por parte de este de que en mayo le pagaría el rescate. Mi hipótesis es que no hubo tal promesa y que el miedo y la desesperación sufrida hizo que pagará el rescate de su hijo Miguel y el reencuentro con ellos le produjera la angina de pecho. La verdad es que después de 11 post no he resuelto el misterioso secuestro de Eduardo Pérez Ruiz, si hubo promesa de pagar el rescate posteriormente y cual fue la conversación en Benalup de Sidonia entre él y sus secuestradores. Pero sí tengo claro que el infarto es producido por el miedo que le provoca el reencuentro con los secuestradores. Según el libro de defunciones del archivo parroquial murió de Arteria Coronaria, arteriosclerosis (infarto o angina de pecho me dice mi amigo José Martínez Gracia).
En el fenómeno del maquis, todos los que participaron en él; huidos, guardias civiles, gente que vivía en el pueblo y en la sierra, etc salieron perdiendo. Sólo hubo un ganador, el régimen franquista que consiguió hacer desaparecer los últimos vestigios de oposición y consiguió su consolidación. Es verdad que no he conseguido desvelar el misterio del secuestro, pero gracias al sumario hemos podido profundizar en un episodio de nuestra historia que tuvo tremendas consecuencias para el desarrollo posterior, pues fue el inicio del vaciamiento de la sierra y todos los cambios que se consolidarían en los años sesenta y que tampoco se conocía, sobre todo en lo que respecta a los rancheros y carboneros, una gente que sin tener parte en el conflicto fueron implacablemente afectados por él. Los finales de los cuarenta produjeron en esta zona más muertes que finales de los treinta, lo que ocurre es que todo se escondió, y se envolvió de un manto de silencio y de miedo que todavía no hemos conseguido retirar. De hecho ahora hemos conocido que la familia de José Aguilar Salvatierra busca datos sobre su muerte en 1948. Según parece fue y enterrado en la huerta de Mari Nieves (debajo del merendero) en el transcurso de unas pequisas en el que se le acusaba de ayudar a los maquis. No sabemos si el caso tiene relación con este secuestro. Tengo claro que el infarto de Eduardo Pérez Ruiz es todo un símbolo, una metáfora, un modelo que nos sirve para ejemplificar las consecuencias que trajo para los rancheros y carboneros de la sierra esa “guerra que nunca se acaba”. A finales de los cuarenta se produjo en esta zona una guerra, aunque soterrada, que produjo tantos muertos y miedo como la del 36, lo que ocurre es que nunca nos han permitido que conociéramos lo que pasó. Después de once post, el misterio no se ha aclarado, pero yo he disfrutado rodeándolo y marcándolo mucho. Espero que a los lectores que llegan al final de estos post les haya interesado este mundo de los maquis que para mí es tan transcedente y emocionante.
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